Se entregó a publico la séptima edición del código que rige las buenas prácticas de la industria. En la oportunidad, Hernán Triviño, presidente de CONAR, presento la nueva edición y las novedades de la misma, con la inclusión de la IA. El nuevo código establece principios fundamentales como la transparencia en el contenido publicitario, la supervisión humana para prevenir sesgos y manipulaciones, y el uso responsable de datos personales, requiriendo el consentimiento explícito de los usuarios.
Con la participación de representantes de ANDA, Cámara de Empresas Creativas, ARCHI, ANP, ANATEL, IAB y AMDD, las asociaciones que integran el Consejo de autorregulación y ética publicitaria CONAR; así como de destacados miembros de distintas organizaciones aliadas y de la academia; recientemente se dio a conocer la séptima edición del código que rige las buenas prácticas de la industria.
En la oportunidad, Hernán Triviño, presidente de CONAR, presento la nueva edición y las novedades de la misma, que fue complementado por un panel de conversación moderado por Maribel Vidal, directora ejecutiva, que contó con la participación de Jorge Jarpa, miembro del tribunal de ética de CONAR; Patricia López, profesora de derecho civil de la Universidad Diego Portales y Verónica Torres, gerente de sostenibilidad de la Cámara de Comercio de Santiago
Según Hernán Triviño, presidente del CONAR, el objetivo principal es evitar que las piezas creadas por IA confundan al consumidor o lo induzcan a creer en algo irreal, asegurando así transparencia, responsabilidad y control humano.
La inclusión de la IA responde al crecimiento esperado del mercado publicitario generado por esta tecnología, que se proyecta alcanzará los US$13 mil millones en 2026. El nuevo código establece principios fundamentales como la transparencia en el contenido publicitario, la supervisión humana para prevenir sesgos y manipulaciones, y el uso responsable de datos personales, requiriendo el consentimiento explícito de los usuarios.
Además, el código refuerza la necesidad de controlar los sesgos inherentes a los algoritmos de IA, garantizando que no perpetúen estereotipos de género, etnia o edad. También aborda la creación y uso de personajes virtuales o avatares, exigiendo que el contenido patrocinado por influencers sea claramente identificado y protegido, especialmente cuando involucra a menores.
Como parte de ICAS, una red internacional de autorregulación publicitaria, Chile se posiciona como líder regional en la gestión ética de tecnologías emergentes. El CONAR enfatiza que la autorregulación y los estándares éticos superiores a la legalidad son clave para mantener la confianza del consumidor y fortalecer la reputación de las marcas.
En resumen, el nuevo Código Chileno de Ética Publicitaria adapta la industria a los avances tecnológicos de la IA, promoviendo una publicidad más transparente, responsable y ética, y estableciendo un modelo que otros países de la región podrían seguir.
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